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Imagen bajada de internet

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Red ubicua

Por Carlos Ávila

Con las nuevas tecnologías podemos trabajar para conseguir que un mensaje que está siendo transmitido en un espacio y tiempo concreto, viaje hasta los lugares más insospechados en tiempo real.

Desde que soy pequeño, en mi escuela de España me acostumbre a convivir en las aulas junto con ingleses, marroquíes, japoneses, chinos, israelíes... Desconozco si esa multiculturalidad era posible encontrarla en las escuelas colombianas de hace unos años.

Ahora es algo tan real como la vida misma, pues por medio de las tecnologías, uno puede interactuar en un aula virtual sobre una materia en concreto, con personas de todo el mundo. Y cuando termine el semestre, podré estar feliz, pues confio que con el tiempo alguien trabaje en EAFIT en ese aspecto (para quien lo quiera recoger) y pueda asistir a cursos o conferencias desde el sofá de mi casa en España.

Lo único que no hemos podido conseguir, es hacerlo en la misma franja horaria y por tanto a la misma hora. Así que recuerde que si tiene que entregar un trabajo a las 6 p.m, no se preocupe si ya son las 6:20 p.m, pues en otro lugar del mundo posiblemente sean las 5:20 p.m.

Del prosumidor al alufesor

Por Carlos Ávila

Una de las características más destacadas de la comunicación en la red, es que el clásico consumidor de periódicos, libros o incluso películas, se convierte en actor principal. Pasa de sólo consumir a interactuar en la búsqueda de un equilibrio entre consumo + producción = prosumidor.

Al pensar en que tipo de profesor y que tipo de alumnos deben llenar las aulas en una educación basada en el edupunk, quise rescatar este concepto propio de Internet. De esta forma, me enorgullezco al presentaros por primera vez en el mundo al "alufesor" (alumno + profesor = alufesor).

El alufesor es aquel que aprende enseñando y también es aquel que enseña aprendiendo. Espero que la definición no sea muy enredada, pero apenas he pensado antes en este concepto.

Virtual = Real?

Por Carlos Ávila

A veces, llegamos a pensar en herramientas tecnológicas que llevan mucho tiempo acompañandonos como medios de transmisión reales y no virtuales. Cuando uno habla por teléfono entiende que al otro lado se encuentra otra persona y creemos en un intercambio de información propio de lo cotidiano. Lo mismo ocurre cuando pensamos en las palabras o la escritura.

Algo tan antiguo como el habla o la escritura puede ser definido como virtual, pues en cierto modo, no tienen una base material en la que sustentarse. Las palabras fueron creadas para ser reproducidas en referentes materiales o no, ya sea en computador, en papel escrito a mano o mediante el habla.

Ahora, cuando nos encontramos frente a los nuevos avances, podemos llegar a pensar que ayudan a generar un mundo paralelo que se situa más allá de lo real. Pero esta actitud no es más sino que la reacción inconsciente ante lo nuevo.

Cuando un colectivo no es inteligente

Por Carlos Ávila

Pese a llamarnos o que nos llamen "nativos digitales", es cierto que en nuestros primeros años en la escuela, recibimos una educación puramente tradicional, este hecho nos lleva a tener una serie de actitudes para con el estudio y el desempeño de trabajos. Hemos crecido en unas aulas en las que el profesor era la única fuente de riqueza intelectual y los alumnos nos limitamos a beber de esta mágica fuente.

A veces, se genera una especie de competencia en la que el que más beba del profesor (no piensen mal), mejores calificaciones obtiene. Este hecho nos lleva a que en el contexto de una eduación basada en el edupunk nos comportemos como entes independientes que en cierto modo, van en contra de la inteligencia colectiva.

El colectivo debe entender qué premisas son las que rigen al grupo y llevarlas a cabo en la búsqueda de unos objetivos que enriquezcan definitivamente a todos los integrantes de éste. La inteligencia colectiva bajo mi punto de vista es auto-aprendizaje pero está también unido al aprendizaje colectivo en el contexto de un aula en el que vivimos un intercambio mutuo de saberes.

Cómo educar nativos siendo colonos digitales

Por Carlos Ávila

Cuando un alumno entra en un aula, puede saber en pocos minutos a que tipo de profesor se está enfrentando. Podríamos hablar de gran cantidad de formas de enseñanza y clasificarlos por la forma de impartir la docencia, pero eso no es lo que nos preocupa. Quisiera hablar del profesor aburrido (sinónimo de malo) y el buen profesor.

El buen profesor no tiene que ser chistoso, no tiene que ser joven y necesariamente, no tiene por qué saber manejar las nuevas tecnologías. Una clase magistral, si me permiten el simil, debe ser un acto de seducción, es nuestra obligación presentar de una forma atractiva e interesante el contenido de la materia.

En este acto persuasivo de atracción nos podemos servir de cualquier tipo de herramienta, ya sea propia de la enseñanza tradicional o basada en las últimas novedades que aparecen en el mercado tecnológico.

Uno de los profesores que más me han influido desde que estudio periodismo, se limitaba a poner transparencias a lo largo de sus clases, pero lo hacía de una forma tan persuasiva que mantenía la atención del alumnado de forma continuada.

Tras revisar los textos de autores como Levy o el propio Piscitelli, nos damos cuenta que las herramientas de seducción más efectivas para con los alumnos contemporáneos, son precisamente aquellas que utilizan en su vida cotidiana y definitivamente Facebook es el medio de comunicación de masas en este siglo. Es cierto que a Facebook le podemos dar usos múltiples, pero en el terreno de la educación nos ofrece gran cantidad de soluciones.

Facebook es el lugar idóneo para hablar de inteligencia colectiva y desde la Universidad de Buenos Aires y por iniciativa de Alejandro Piscitelli han convertido las aulas en "colectivos inteligentes" que se retroalimentan por medio de esta plataforma.

domingo, 31 de octubre de 2010

Acerca de los tres órdenes de simulacro

Por Sara Buitrago

“Los órdenes de los simulacros representan la historia de la lucha entre las referencias y los referentes” Jean Baudrillard.




Una gráfica comentada en clase que ilustra el sentido de esta afirmación


La importancia que el objeto que es representado -referente- tiene en relación al objeto que lo representa -referencia- cambia de manera significativa en cada uno de los órdenes de simulacro.

En el primer orden denominado falsificación, el objeto creado trata de simular un objeto ya existente de manera que sea lo más parecido a él. Por lo general, los objetos a los que buscan parecerse tienen una gran importancia en sí misma, y de ahí, el interés en imitarlos. Hay una cantidad de falsificaciones en cada cultura. Por mencionar algunos de los ejemplos más comunes en la nuestra, están los metales que son trabajados para que luzcan como oro o plata;  las piedras que se intenta hacer parecer a piedras preciosas o que son pulidas para que parezcan mármol; las edificaciones que imitan arquitectura de otro lugar o de otro tiempo; los objetos que son creados imitando modelos de marcas específicas, etc. Sea cual sea la falsificación que se tome, tiene una importancia mucho mayor el objeto al que se representa que el objeto que lo representa.


En el segundo orden denominado producción, hay una generación de objetos en serie en el que el objeto referente es tan importante como el objeto producido, pues su producción se hace de manera idéntica al “original”. Aquí el concepto original se vuelve problemático, porque en últimas no es claro cuál de todos los objetos producidos es el original, y si realmente existe un objeto original. En todo caso, cada objeto producido tiene tanto valor como tiene el objeto con base en el cual se inició su producción. Así, en una producción sistemática de morrales Speedo, por ejemplo, cada morral tiene el mismo valor que los demás morrales de la colección, y todos a su vez, tienen el mismo valor que el morral con base en el cual se inició dicha producción.

 
En el tercer orden denominado simulación, el referente pierde aun más protagonismo, y en su lugar, adquiere más importancia el objeto o creación que lo representa. Es decir, aunque el referente sigue siendo importante porque es precisamente el que permite la sensación de hiperrealidad, ya no es tan importante qué es lo que se representa sino la manera como se hace. Cualquier objeto puede ser sujeto de representación, lo espectacular es la fidelidad y precisión con la que es representado. En un espacio creado de manera virtual, por ejemplo, tiene menos importancia cuáles son los objetos que se están simulando, y mucha más, la sensación de realidad que se genere; en los casos en los que se captura una escena para develar paso a paso el proceso sufrido por un cuerpo en especial, impacta la posibilidad de conocer cuadro por cuadro el movimiento que el cuerpo experimenta, no tanto cuál es el objeto que lo experimenta. Es decir, hay una cantidad infinita de objetos cuya decodificación puede ser bastante espectacular y que, sin la mediación de una simulación, carecerían de importancia para el espectador.

jueves, 21 de octubre de 2010

Colectividad para crear





Por: Ana Maria Martinez



Como dice el diccionario de la real academia de la lengua (RAE) el término Crear es: Producir algo de la nada, y producir algo de la nada requiere todo un proceso creativo que tiene que ver con el desarrollo de ideas y de sueños, porque en tanto las cosas no existen solo son una ilusión.
El ciberespacio de hoy nos permite acercarnos a muchísimos espacios y entornos donde antes se necesitaba un conocimiento de base, profundo y contundente para poder hacer parte de la colectividad que lo ejercía, un ejemplo de esto, es el arte. En tiempos pasados era una labor ardua y casi imposible llegar a ser un artista famoso, no quiero decir que hoy no lo sea, pero hoy por lo menos, la divulgación y la muestra de trabajos artísticos es millones de veces más libre gracias al ciberespacio. Con la creación del mundo de la web han surgido muchos hechos destacables, pero uno en particular es la desmonopolización del arte, y cuando hablo de arte me refiero, a la música, a la pintura, al cine y todas sus demás expresiones. El arte es el ejercicio más fiel a la creación, en el sentido estricto de crear algo que antes no existía. El arte de ayer y hoy se distinguen en algo vital, el trabajo colaborativo, y es que como dice Pierre Levy, en el capítulo VII del texto Cibercultura; Informe al consejo de Europa. Palabras claves de la cibercultura son (interconexión, comunidades virtuales, e Inteligencia colectiva). el arte de hoy es pues una creación que se realiza por medio de operaciones de construcción de conocimiento que involucran colectividades en una idea de generar  productos, donde el autor no sea único, entendiendo dentro de esto que quienes hacen parte del proyecto tiene una habilidad especifica que lo hace perteneciente al grupo o colectivo creador como un elemento vital de la misma obra. Y es que como  menciona Manuel Medina el prologo del texto Cibercultura, informe al consejo de Europa, escrito por Pierre Lévy, los agentes del ciberespacio   se caracterizan por sus prácticas especificas, sus capacidades y competencias culturales.

Posterior a el proceso de creación viene el tema de la divulgación y para esto retomo lo mencionado sobre la desmonopolización de el arte, hoy el ciberespacio nos ha sumergido en una cultura de la libertad de expresión y de publicación, además del intercambio de conocimiento, el mundo actual nos genera un espacio llamado web donde podemos publicar arte sin ser artistas, donde podemos intercambiar conocimiento sobre música sin ser melómanos, donde podemos ser famosos sin vender nuestra alma de artistas a una galería o una disquera. El mundo de hoy nos permite compartir e interactuar, para crear y fórmanos como artistas sin seguir el camino tradicional. Con lo que he dicho hasta acá no quiero decir que no sea necesario estudiar para llegar a desarrollar una labor, lo que quiero decir es que el mundo de hoy nos permite hacer ese estudio de una labor de manera empírica, y que el hecho de no ser un profesional no nos limita a la hora de crear. Este es el tiempo de las habilidades y de las competencias y en la medida en que el espacio para aprender está en la red, cada vez son más quienes se le miden a ser autodidactas, o no limitarse a su profesión de base y hacer intentos en otras aéreas por medio de el mundo virtual, donde se está permitido equivocarse.